Lucas tiene 19 años y 5 meses
Como donde se ha mudado ha tenido que comprar el par de cosas está preocupado porque está gastando mucho dinero. Le comento que no importa, que me lo pague cuando trabaje, y me dice: “Perate, no me presiones que nosotros tenemos un plan. Lo del trabajo es en verano.”
A veces, solemos ir hablando por teléfono mientras va de regreso a la casa después de clases. En una de esas lo llamo y está haciendo el supermercado cerca de su casa. Te das cuenta que ha crecido porque te dice: “Me gusta comprar los vegetales aquí porque son muy buenos.”
Más arriba les decía que tenemos un plan, y él lo ha estado cumpliendo al pie de la letra. En el primer cuatrimestre, la tarea era llegar y adaptarse. En el segundo, mudarse a un lugar más económico; y tercero, en verano trabajar. Pues sucede que son las 9:15pm del 31 se enero. Me entra una llamada suya y me dice: “Toti, ayúdame a preparar mi curriculum. Ya quiero ir enfocándome en mi trabajo para el verano.”
No siempre hablamos, pues cada quien está metido en sus cosas del día a día, pero él sabe que siempre estoy para él y que, cuando me necesita, ahí estoy. Pues en una de esas, estamos conversando de varias cosas, algunas de ellas con profundidad y al finalizar la llamada me dice: “Ay Toti, cuánto me gusta a mí hablar contigo.”
Aunque él diga que no, yo creo que tiene buen ojo para la fotografía y, por eso, le he compartido un anuncio de un concurso fotográfico que he visto en las redes y que tenía de premio 3000 dólares. Él entiende que no es tan duro en eso, pero yo sigo insistiendo comentándolo que no creo que tenga que ser un profesional. El plazo vence el 26 de febrero, pero al parecer está muy arrollado porque me dice: “Ok. Vamo´a mete mano entonces. Pero chanceame y en febrero me pongo en eso.”
Pero, yo sigo insistiendo y le doy algunas ideas de la fotografía que podría recrear. El tema es sobre violencia contra la mujer. Y me dice:
Por motivos del frío, ha estado con la nariz tupida. Le pregunto que cómo ha seguido, y él me responde que bien. Acto seguido, me pregunta como estoy yo y le respondo que adolorida porque estoy retomando el Gym y me dice, en un tono que yo siendo jocoso: “Coño. Vamo´arriba. Poniendose roca.”
Tenemos un plan familiar de duolingo, el cual no ha estado utilizando desde hace mucho. Le comento que, como está enfocado en otra cosa, lo voy a sacar. Me responde con un mensaje que dice: “Mielda, pero lo dijiste super pesado. JAJJAJA.”
Siempre me relaja con el pronunciamiento mío en inglés. Le estoy contando en un audio una iniciativa que tenemos en la región para hacer un podcast. Al escucharlo, me escribe un mensaje que dice: “Potcast. Jijiji te extraño :c.”
Como ahora le está tocando compartir casa, se está enfrentando a situaciones como las de cosas que utilizan sin permiso en el espacio común; de trastes que se dejan en el fregadero y no son de nadie; utilización de cosas que son de otra persona, en fin. Esas cosas que sabemos quienes hemos vivido en casas compartida. Me escribe comentándome sobre algunas situaciones, y le sugiero que redacten conjuntamente algunas reglas de convivencia y que la puedan colocar en lugares visibles para todos. Le envío algunos ejemplos y me manda un mensaje que dice: “Gracias, ya les hablé como niño grande.”
Y sigue, ahora comentándome de una imagen que le envié, que tiene un punto sobre la pareja y me dice: “Muy real, pero lo de la pareja me parece erróneo.”
Como tendrá vacaciones, rstamos planificando que venga en abril. Hemos conversado que sería por unas dos semanas. Sin embargo, tomando en cuenta que no ha participado de un proceso electoral, le sugiero quedarse más tiempo, y me pone estos mensajes que dice:
Y sigue:
Le he enviado unas fotos de nuestro carro, el cual le hemos hecho unos arreglos para ponerlo en venta. Al enviarlas y preguntarle como está, me pone un mensaje que dice: “Te digo la verdad, y seguimos siendo amigos: ¡Feliz!
