Lucas tiene 18 años y cinco meses...
Estamos en una sobremesa luego de nuestra cena, hemos conversado sobre sus dos pasiones. Basketball y Cine. Mira el reloj y me dice: “Bueno vamos, que tenemos 40 minutos hablando disparate aquí.”
Es miércoles por la noche y, en la sobremesa después de la cena de ese día estamos compartiendo sobre la visión que cada uno tiene de Dios. Para él, es un concepto que podría llamársele de la forma que uno quiere, y no cree en él desde lo que la concepción religiosa presenta. De mi parte, Al final, quedamos en que lo importante respete la creencia del otro. Al otro día he salido muy temprano en la mañana, pero me pone un mensaje que dice: “Dios es todo poderoso. JAJAJAJA Mira, yo tenía un problema en Basketball y me salió un video de cómo resolver exactamente el problema.”
Seguimos con los temas relacionados a las creencias y cómo sabe utilizarlo bien a su favor. Estoy fuera del país y temprano en la mañana me suena el teléfono y lo primero que escucho es decir: “Mami, Dios provee.” Lo que sigue después no tiene nada que ver con providencia, pero lo ha usado para condicionar respuesta.
He estado fuera del país por dos semanas en las que le ha tocado estar solo en casa. Me está contando el siguiente sueño que tuvo unos días antes de yo llegar y me dice: “Mami, me soñé con el Abuelo. Yo estaba hablando con él y me dijo que aunque ya no estaba con nosotros, me seguía cuidando. Me levanté asustado. Eran como las 3:30 de la mañana. Volví a dormir y de nuevo me dijo que aunque era un sueño, es cierto que me está cuidando.”
Seguimos con el tema de haber estado fuera. Es domingo y le pregunto si tiene hambre y si se prepara algo de comer o lo hago yo, y me dice: “No es que tenga mucha hambre, pero si es que tú lo preparas pues sería bueno. Además, esas son cosas que hacen las mamás, yo lo he estado haciendo por dos semanas. Ahora te toca a ti.”
Es sábado por la noche y estoy de camino a la casa y nos estamos intercambiando unos audios. Le comento que en una de las avenidas por las que voy transitando dos chicos, que parecen amigos, están peleando. Me pide que le manda video, a lo que le respondo que no puedo y me dice: “Pues mejor llega, para que me digas bien.”
Estamos coordinando todo el tema de su graduación y le pregunto a quien quiere que vaya y me dice: “Nadie, tú y Jaramillo. Diablo, ¡qué dolor! Que él no me va a ver graduándome.”
Y, hablando de graduación, uno de los temas que nos ocupa es la aplicación a universidades. Ha aplicado a una, y yo entiendo, y así se lo hago saber, que debe aplicar a más y me dice: “Si yo aplico a más de una universidad, no estoy creyendo en mí.”
